Yo sé que cada atardecer cuenta una historia. Como los cientos de pájaros que vuelan cada tarde por mi balcón. Se reúnen para despedirse del sol, juntos.
Yo sé que cada atardecer trae consigo nuevos colores que me enseñan que la paz la tengo presente, cada día y a la misma hora. Hasta que se marcha, pero no por mucho tiempo.
Los atardeceres son como el fuego. El mismo que dicen que se lleva todo lo malo. Lo peor, lo innecesario, lo que nos sobra. Que, de alguna manera, purifica y renueva. Que puede quemar todo lo que no quieres más para dar cabida a lo nuevo. Es renovación del ambiente. Otro final que significa comienzo.
" Si las personas conocieran el peso de las palabras, le darían más valor a su silencio"
No hay comentarios:
Publicar un comentario