28 de mayo de 2015

¡Un hombre por dios!



Me cansé. Sinceramente me aburrí de encargarme de ser profesora de infantil. Me cansé de que un niño siguiese jugando con mis sentimientos por no estar seguro de lo que quería. Se acabó dar todo y no recibir. Adiós a la inmadurez y al demostrar quien soy y lo que valgo. Ya no. Pero siempre digo lo mismo y luego repito una y otra vez las mismas hazañas.

Un hombre de verdad está cien por cien seguro de sí mismo,sin llegar al punto de ser engreído. También tiene miedos, pero los enfrenta. Un hombre de verdad es sensible, valora sus sentimientos, los trabaja y expresa, no deja todo adentro para un día explotar. Un hombre de verdad trabaja por la relación. Sabe que cuesta trabajo e invierte tiempo y esfuerzo para obtener frutos. Sobre todo después de miles de turbulencias, un hombre es capaz de retomar de nuevo el rumbo.
Un hombre de verdad es directo, y te dirá lo que le molesta, pero solo porque confía en que la comunicación es fundamental para la relación. 
Un hombre sabe lo que quiere y no le hace buscar entre los ojos de otras,ya sabe que eres la indicada para su vida y la única capaz de darle nombre a su felicidad.
 Un hombre de verdad mantiene su independencia y misterio, sin embargo eso no lo frena de decirte cuánto te ama y valora, porque comprende lo afortunado que es de estar contigo. Un hombre de verdad quiere hacerte sentir especial,diferente,única.
Un hombre de verdad no asume que sabes las cosas, las dice, aunque suene repetitivo; prefiere prevenir que lamentar, porque es sensato. Piensa dos veces antes de decir las cosas. Y eso porque sabe que muchas veces la rabia e ira traicionan, y que salen de nuestra boca palabras que en realidad no sentimos.
Un hombre de verdad no sale con una chica solo por salir. Se cerró su casting para buscar nuevas mujeres y acostarse con ellas. Es selectivo, lo suficientemente maduro como para aceptar un compromiso, y comprende la profundidad del sexo. No se arriesga a echar una relación por la borda solo por unos minutos de placer. Prefiere la química que la lujuria, y es respetuoso y caballero, y no hará nada que tú no quieras.
Un hombre de verdad sabe que es un hombre de verdad. Sabe de prioridades, sabe qué es lo que realmente importa en la vida. Está tan enfocado en cumplir sus sueños que no tiene tiempo para banalidades. Claro. Un hombre de verdad no se preocupa de los grandes lujos, sino de los pequeños detalles, porque sabe que esos son los que importan.
Un hombre de verdad se salió del juego de las “tácticas” y del “te ignoro para que caigas”. Tampoco buscará ponerte celosa porque sabe que eso solo los puede dañar, y entiende que la confianza es la base de una relación.
Un hombre de verdad nunca sería capaz de hacerle daño a una mujer, y, especialmente, no a la mujer que ama.

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