Existen personas que hacen que te cuestiones el amor
después de haberlas amado con toda tu alma.
Personas que te hacen descubrir que amor y odio no son antónimos,
personas que no se van aunque ya nunca vuelvan;
que están incluso cuando no han llegado a quedarse.
Hay personas que van más allá del amor,
del reloj y del espacio.
Hay personas que permanecen sin aferrarse
y sin pretenderlo.
Personas que ni aprietan ni ahogan ni son conscientes
de que son ese tipo de personas;
que pasan de puntillas por tu recuerdo
sólo para bailar con el olvido sin llegar a fundirse con él.
No puedes luchar contra ellas porque no son el enemigo,
pero hacen de su imagen un duelo temporal con uno mismo
hasta caer en la cuenta de que son ellas y sólo ellas
las que le dan sentido al agua cuando cala hasta los huesos.
Existen personas que nunca dejan de existir
fuera del amor,
fuera del aire,
de la memoria.
Y yo no puedo echarte,
sólo aprender a vivir sin ti
y volver a enamorarme
sabiendo que tú eres inmune al tiempo
aunque ya no te quiera.
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