13 de septiembre de 2021

Desconectar para conectar, que típico ¿no?

A veces parece que se me entumecen los dedos después de un tiempo sin sentarme a hablar contigo. 


He recargado las pilas en muchos sitios con el aire tan puro que casi creía ahogarme al volver a la realidad, pero ahora no tengo ese aire. 

Y aquí estamos otra vez. Sujetos tácitos que se descomponen en sus vidas particulares. Tu partiéndote en dos y yo en mil. Ojalá supiera por qué soy tan débil, tal vez así pudiera arrancarme lo que fuera que me esté matando. Me ahogo y pienso que mañana será otro día para volver a intentarlo, pero solo es otro día más para seguir olvidándote. 

Mil días sin verte, mil días sin saber ni quién soy. Madrid se ha convertido en una ciudad nueva para mí desde que pasaste por mi vida.  La mayoría de veces siento que hace ya tiempo que no estoy aquí. Abril es apenas un recuerdo de los días en los que pensaba que no había lugar mas apropiado para ti que junto a mí. Lloro por lo imbécil que soy en pensar en esto, no puedo comprender por qué mi fuerza no está brillando. 

No quiero estar más. 

No querer estar con uno mismo va sobre no querer estar en ningún lado. Sobre querer abandonar tu cabeza en el Polo Norte y mudarte al Polo sur. No quiero estar conmigo sin ti, ni contigo. Lo fácil sería culparme de todos esos fracasos, de todo lo que ha salido mal. De todo lo que pude haber evitado y no evité. 

Ahora sí Alice, me voy por un tiempo. No sé si largo o corto, no sé si serán horas o semanas, pero me voy. Necesito reflexionar sobre mí y sobre mi vida. Sé que soy una privilegiada, pero ahora hay que parar a repostar querida amiga. La gasolina del coche se ha agotado. 

No redes, no gente. 

Espero poder superarme y conseguir lo que realmente quiero. Sé que estarás a mi lado para ayudarme a conseguirlo 

De ti me despido, no por última vez. Para eso queda mucho.