Estoy sola en casa Alice. Todo está apagado en este enorme piso, y la única luz que hay es la lámpara de mi escritorio.
Estaba estudiando economía, esa odiosa economía. Hasta que entre tantos números no paraba de rondárme por la cabeza lo triste que me he levantado hoy. No sé si es por culpa de esta soledad banal o de que estoy falta de algo. Eso es, falta de calor, de amor familiar, de amor de la tierra que me vio nacer, amor de ti.
No paro de pensar en él últimamente. Lo que más extraño es contarle todas mis cosas, que se ría conmigo y que nos echemos de menos mutuamente. De siempre has sabido que me da pánico quedarme sola. No me gusta estar en el sillón sin compañía, sin poder hablar con nadie y que no sea por el teléfono.
Es cierto que no es el primer fin de semana que estoy sola, pero en especial este, no sé.. me siento un poco sola.
Mis amigas están pero no están. Me he quedado dormida cuando ellas iban a salir y me he tenido que quedar en casa, estudiando.
También es verdad, que no he parado de pensar en el verano, en viajar a Tenerife y en planificar mi viaje a Lanzarote.
Sabes de sobra que soy una persona muy inquieta y muy caprichosa. Estoy ansiosa por que llegue ya las vacaciones, que terminen estos meses de estrés y que comience mi verano.
Me voy a Barcelona en un par de semanas y no creas que estoy llena de ilusión. Con Barcelona tengo un apego muy especial yo creo que desde que nací. Mi madre cuando yo tenía escasos meses no paraba de viajar a esa ciudad que la tenía enamorada. Amigos de ella nos querían conocer, y muchos lo hicieron, nos mandaban cartas por correo, en aquel entonces sólo existía esa manera de comunicar y de verdad que me encantaba.
Y a pesar de que he viajado 4 veces aproximadamente a Barcelona, siempre será una de mis ciudades preferidas.
Ayer me estaba acordando del momento que decidí venir a vivir aquí. Sí, ya que estoy hablando de ciudades pues comento esto. ¿Qué pasa?.
Me acuerdo cuando volvía de Madrid, un duro Madrid. Y me tocaba pensar que hacer a partir de ahora, que hacer con mi vida. Juan resucitó de mí las ganas de estudiar y de aprender. Su "machaque" me ha servido de mucho. Y mírame, aquí estoy. En Segovia, en mi piso a oscuras y sumergida en esta soledad efímera.
Y ya no sé que más quería contarte.
Le echo mucho de menos, o quizás sea a ratos, no lo sé. Lo que sí se es que estuviste y estás siempre en mí.